estos no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nacieron de Dios. (Juan 1:13)
Hacernos hijos de Dios es una obra enteramente de Él, nunca depende de la humanidad;
- "no nacieron de sangre" significa que no depende de ningún linaje, ninguna sangre azul de este mundo
- "no por deseo de carne" significa: nada tiene que ver el deseo sexual en este nacimiento
- "no por deseo de hombre" significa que no es una iniciativa de la humanidad
Es una idea teologicamente sana relacionar nuestro nuevo nacimiento con la encarnación de Dios.
El nuevo nacimiento de los creyentes (milagro de la regeneración) es determinado por el milagro de la Encarnación, la que veremos en el próximo versículo.
Paz a usted y su casa.
* Imágenes por Lorraine Cormier, de Pixabay, y clideo
* Fragmentos bíblicos tomados de: “Biblia de Jerusalén, 2019, Desclée De Brouwer, Bilbao, España”