Introducción
I. Siervas bajo el Antiguo Pacto
A. Débora
B. Yael
C. Hulda
II. Siervas bajo el Nuevo Pacto
A. Priscila
B. Febe
C. 4 hijas de Felipe que profetizaban
III. Silencio de las mujeres en la iglesia
Conclusión
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INTRODUCCIÓN
¿Han sido marginadas por Dios las mujeres?
Aunque las mujeres no eran contadas en los censos, ni iban a las guerras, ni fueron elegidas como sacerdotisas, hubo mujeres ocupando lugares prominentes. Según los siguientes ejemplos, Dios no ha marginado a las mujeres, les ha permitido servir.
I. SIERVAS BAJO EL ANTIGUO PACTO
A. Débora
(pofetisa y jueza - gobernante de todos los hijos de Israel)
Jueces 4:4-5
“Por aquel entonces, Débora, una profetisa, mujer de Lapidot, era juez en Israel. Solía instalarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; y los israelitas acudían donde ella en busca de justicia.”
B. Yael
(asociada con Barac, líder militar de Israel)
Mató al comandante del ejército de Canaán.
Jueces 4:17-21
“Pero Sísara había huido a pie hacia la tienda de Yael, mujer de Jéber el quenita, porque reinaba la paz entre Yabín, rey de Jasor, y el clan de Jéber el quenita. Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: «Entra, señor, entra en mi casa. No temas.» Sísara entró en su tienda y ella lo tapó con un cobertor. Él le dijo: «Por favor, dame de beber un poco de agua, porque tengo sed.» Ella abrió el odre de la leche, le dio de beber y lo volvió a tapar. Él le dijo: «Quédate a la entrada de la tienda, y si alguno viene y te pregunta a ver si hay alguien aquí, respóndele que no.» Pero Yael, mujer de Jéber, cogió una clavija de la tienda, tomó el martillo en su mano, se le acercó callando y le hincó la clavija en la sien hasta clavarla en tierra. Él estaba profundamente dormido, agotado de cansancio; y murió.”
C. Hulda
(profetisa - el rey mandó a su plana mayor consultar a esta mujer)
El rey y los de mayor rango en el gobierno de Israel, además del sumo sacerdote, recibiendo instrucciones de Dios a través de esta profetisa. Dios revelándole a una mujer lo secreto para que ella instruya a los poderosos del pueblo de Dios.
2 Crónicas 34:19-27
“Cuando el rey oyó las palabras del rollo de la Doctrina, rasgó sus vestiduras, y ordenó a Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Miqueas, a Safán, secretario, y a Asayas, ministro del rey: «Id a consultar a Yahvé por mí y por el resto de Israel y de Judá, a propósito de las palabras de este rollo que se ha encontrado, pues ha debido de encenderse la ira de Yahvé contra nosotros, pues nuestros antepasados no han guardado las palabras de Yahvé actuando conforme a todo lo escrito en este rollo.»
[El oráculo de la profetisa]
Jilquías y los enviados del rey fueron donde la profetisa Juldá, mujer de Salún, hijo de Tocat, hijo de Jasrá, encargado del vestuario. Vivía ella en Jerusalén, en el Barrio Nuevo. Ellos le informaron conforme a lo indicado.
Ella les respondió: «Esto dice Yahvé, Dios de Israel: Decid al hombre que os ha enviado a mí: Esto dice Yahvé: Voy a traer el desastre sobre este lugar y sobre sus habitantes: todas las maldiciones escritas en el rollo que se ha leído delante del rey de Judá. Porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, irritándome con todas esas obras de sus manos. Arde mi cólera contra este lugar y ya no se apagará. Decid al rey de Judá que os envió a consultar a Yahvé: Esto dice Yahvé, Dios de Israel, acerca de las palabras que has oído. Ya que tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante de Dios al oír sus palabras contra este lugar y sus habitantes, y ya que te has humillado ante mí, has rasgado tus vestiduras y has llorado ante mí, he decidido, a mi vez, escucharte—oráculo de Yahvé—.”
II. SIERVAS BAJO EL NUEVO PACTO
A. Priscila
(predicadora y colaboradora de Pablo)
Hechos 18:26
“Éste, pues, comenzó a hablar con valentía en la sinagoga. Al oírle hablar, lo tomaron consigo Áquila y Priscila y le explicaron con más exactitud el Camino.”
Romanos 16:3
“Saludad a Prisca y Áquila, colaboradores míos en Cristo Jesús.”
B. Febe
(diaconisa)
Romanos 16:1
“Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la iglesia de Cencreas.”
C. 4 hijas de Felipe que profetizaban
Hechos 21:8-9
“Al siguiente salimos hacia Cesarea. Una vez allí, entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los Siete, y nos hospedamos en su casa. Tenía Felipe cuatro hijas vírgenes que profetizaban.”
* Profecía de mujeres profetisas en el Nuevo Pacto
Hechos 2:17-18
“Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.”
Es el hombre quien ha menospreciado el trabajo de la mujer, no Dios. Los hombres somos duros de corazón. ¿Habla la Biblia de alguna mujer que haya tenido mil hombres? Salomón tuvo mil mujeres.
¿Por qué permitió Dios que el hombre repudiara a su mujer por cualquier causa?
Por la cerrazón de mente del hombre - no porque la mujer fuera inferior; es el hombre quien la ha marginado.
Parece que los papeles de la mujer en la narración bíblica han sido variados, pero por decisiones circunstanciales que Dios ha tomado.
Mateo 19:7-9
“Le preguntaron: «¿Por qué entonces prescribió Moisés dar acta de divorcio y repudiarla?» Les respondió: «Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres a causa de vuestra cerrazón de mente. Pero al principio no fue así. Pues bien, os digo que quien repudie a su mujer —no por fornicación— y se case con otra comete adulterio.»”
Dios permitía que el hombre rompiera el vínculo del matrimonio por cualquier causa para proteger a las mujeres.
III. SILENCIO DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA
Que la mujer no pueda siquiera preguntar o comentar en nuestras asambleas (cuando hay varones) es el extremo de la marginación a la que han sido sometidas las mujeres.
Al interpretar 1 Tm 2:11-14 se ha dicho que es un mandamiento directo el que la mujer se mantenga en silencio, y que no pueda enseñar.
1 Timoteo 2:11-14
“La mujer oiga la instrucción en silencio, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe ni que domine al hombre. Que se mantenga en silencio. Porque Adán fue formado primero y Eva en segundo lugar. Y el engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la transgresión.”
Los que argumentan que la mujer debe estar en silencio son los mismos que interpretan el uso del velo (1 Co 11:5-6) como un asunto cultural, es decir: que hoy las mujeres no necesitan usar velo. (el velo era señal de sujeción - la esposa sujeta al esposo)
1 Corintios 11:5-6,10
“y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta a su cabeza; es como si estuviera rapada. Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra! ... Por eso, la mujer debe llevar sobre la cabeza una señal de sujeción, y por razón de los ángeles.”
¿Cómo es posible? En una cita del Nuevo Testamento lo cultural no lo imponemos como mandamiento hoy, pero en otra cita bíblica del mismo Nuevo Testamento otro asunto cultural lo queremos imponer como mandamiento.
En ambos textos (1 Tm y 1 Co 11) el tema es el mismo: AUTORIDAD, y lo vamos a demostrar:
A. En 1 Tm 2:13-14 Pablo explica que el problema es falta de sujeción, no es un capricho (es que en la cultura de aquella época, y las circunstancias contextuales de la iglesia en Éfeso, no permitían a las mujeres enseñar ni hablar en las asambleas) - la mujer no puede violentar el orden de autoridad establecido por Dios (el hombre tampoco puede).
1 Tm 2:13-14
“Porque Adán fue formado primero y Eva en segundo lugar. Y el engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la transgresión.”
B. En 1 Co 11:3 Pablo explica que el problema es falta de sujeción, no es porque a Dios le ofenda que la mujer se presente sin velo en las asambleas (es que en la cultura de aquella época, y las circunstancias contextuales de la iglesia en Corinto, no permitían a las mujeres participar sin usar el velo) - el velo era una señal de sujeción, hoy el velo no tiene significado alguno en nuestra cultura.
1 Co 11:3
“... quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; que la cabeza de la mujer es el hombre; y que la cabeza de Cristo es Dios.”
Si es circunstancial que la mujer use velo en Corinto, también es circunstancial que la mujer se abstenga de enseñar en Éfeso.
Lo que no es circunstancial en ambos casos es que el marido es cabeza de la mujer, y este orden no se puede invertir.
CONCLUSIÓN
Si Dios no quiere que la mujer sirva en la iglesia, y en las asambleas...
¿Por qué enseña la Biblia que hubo profetizas, diaconisas, predicadoras?
¿Hubo mujeres profetizando (revelando el mensaje de Dios) mientras estaban en silencio?
Con base de textos presentados en este estudio, podemos afirmar lo siguiente:
La mujer puede desempeñar cualquier función en la iglesia siempre que no signifique ser líder de la congregación. Las mujeres son llamadas por Dios a servir.
Teól. Fernando Montes