Introducción
I. Creencias judías sobre la resurrección
II. Creencias griegas sobre la resurrección
III. Importancia de la resurrección de Jesús para algunos cristianos
A. Demuestra que hay vida después de la muerte
B. Es el mayor de todos los milagros
C. Prueba la divinidad de Jesús
D. No es tan importante si ocurrió o no
IV. Importancia de la resurrección de Jesús para mí
1. La creación importa para Dios
2. Con ella inicia el Nuevo Pacto
3. Muestra que el perdón ha ocurrido
Conclusión
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INTRODUCCIÓN
1 Co 15:12-17
"Ahora bien, si predicamos que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo andan diciendo algunos de vosotros que no hay resurrección de los muertos? Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó; y si no resucitó Cristo, nuestra predicación es vana, y vana también vuestra fe. Si esos tuviesen razón, nosotros quedaríamos como testigos falsos de Dios, pues proclamamos que Dios resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado, de ser verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: seguís en vuestros pecados."
I. CREENCIAS JUDÍAS SOBRE LA RESURRECCIÓN
El judaísmo tenía sus propias ideas sobre la muerte y lo que ocurre a las personas después de morir.
Antiguos israelitas veían la muerte como un viaje sin regreso a un sombrío mundo que llamaban Seol (era el final, nadie volvía de él).
Eclesiastés 9:5-6
“Los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdió su memoria. Se acabaron hace tiempo su amor, su odio y sus celos, y no tomarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol.”
La palabra hebrea para “infierno” era “gehena” el nombre de un valle (en la época del Señor Jesús era un basurero) que apestaba por la descomposición de los desechos ardiendo en llamas cerca del Mediterráneo.
Aunque, tiempo después encontramos textos en el Antiguo Testamento como el siguiente:
Daniel 12:2-3
“Muchos de los que descansan en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para vergüenza y horror eternos. Los maestros brillarán como el resplandor del firmamento, y los que enseñaron a muchos a ser justos, como las estrellas para siempre.”
Para la época del Señor Jesús las cosas habían cambiado bastante; el judaísmo había sido influenciado por muchas naciones, principalmente por los griegos.
II. CREENCIAS GRIEGAS SOBRE LA RESURRECCIÓN
En la época de Jesús, los no judíos de todo el mundo Mediterráneo consideraban que aquí se veía la otra vida, y lo habían creído durante siglos; para ellos, el río Aqueronte era la frontera entre los vivos y los muertos; aquí, Caronte, el funesto barquero, llevaba las almas de los difuntos al Hades, la tierra de los muertos. Está descrito con asombrosa precisión en su literatura, junto a la disposición de los ríos, las montañas y el mar.
Para los antiguos griegos, el equivalente al A.T. era la poesía de Homero: La Ilíada y La Odisea. En esos libros hay maravillosos pasajes que describen cómo es estar muerto; no se tiene cuerpo, no hay cielo al que aspirar; era un lugar oscuro y triste donde vagaban las almas - eran humanos en vida, pero después de la muerte eran otra cosa, sin cuerpos.
Hay un pasaje donde Odiseo baja al Hades y se encuentra con la sombra de su propia madre, intenta abrazarla pero no puede porque ella es sólo una sombra, y ella le explica: “todos los muertos son así, los tendones no mantienen unidos la carne y los huesos, estos perecen por la fuerza de un fuego abrasador apenas la vida deja el cuerpo, y el alma escapa de un lado a otro como en un sueño”.
El poema nos dice que ese encuentro se produjo en el valle del Aqueronte. La gente viajaba a este lugar con la esperanza de contactarse con los muertos.
Una ruina llamada Nekromanteion (oráculo de los muertos) es dedicada a Perséfone, la diosa de la muerte. En la antigüedad los devotos visitaban el santuario y después de un período de oración y penitencia eran conducidos a través del laberinto al inframundo. Ahí en la oscuridad consultaban a la sacerdotisa en la frontera entre los vivos y los muertos, al igual que hoy en día uno podría visitar a una médium, pero sólo muy rara vez había algún encuentro con espíritus. La gente llegaba ahí también para tratar de comunicarse con los muertos pero no podían llevarlos de regreso a casa.
Unos 400 años antes de la época de Jesús, el filósofo ateniense Platón fundó una escuela en un olivar llamada Academia; enseñó que lo abstracto era más real que lo físico y por tanto el alma de una persona, su esencia, su personalidad, era más real y permanente que el cuerpo (el cuerpo era una especie de prisión); cuando alguien moría, el alma quedaba libre del cuerpo. Después de morir, las almas justas, seguramente las que amaban la sabiduría, iban a una tierra de dicha celestial.
La gente usaba el término resurrección, pero no se referían a una vida física al otro lado de la muerte sino sólo a un más allá feliz. Hay una diferencia crucial entre esa enseñanza y lo que creían todos los primeros cristianos, estos creían que Jesús había sido resucitado corporalmente, y que un día Dios también haría eso por todo Su pueblo. Esto era una idea escandalosa en aquella época.
Entonces los seguidores de Jesús no se inspiraban en la filosofía griega al hablar de la resurrección de Jesús, ni tampoco en la antigua fe israelita.
Cerca del año 30 d.C. comenzaron a circular rumores en Jerusalén, se referían a un agitador religioso llamado Jesús de Nazaret. Él había ido a Jerusalén para desafiar la religión establecida con un mensaje revolucionario y lo habían ejecutado, pero ahora sus seguidores decían que había resucitado.
¿Por qué dirían algo que iba en contra de toda la sabiduría del mundo antiguo?
Todos los escritores y testigos sabían que la resurrección había sido corporal. El testimonio de mujeres no contaba en juicios, era menospreciado. Y los evangelios las incluyen como primeras en haberlo visto y nadie pudo modificar esos escritos. Eran muy conocidos. Los dos a Emaús afirmaban haber comido con Él.
III. IMPORTANCIA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS PARA ALGUNOS CRISTIANOS
Si los evangelios no tuvieran historias de la resurrección, toda la historia significaría algo muy diferente. Si le quitáramos a Pablo el tema de la resurrección, sus escritos y argumentos se convertirían en polvo. Apocalipsis nada sería sin el tema de la resurrección. La resurrección era esencial en el mundo cristiano primitivo.
¿Por qué la resurrección de Jesús es importante hoy?
A. Demuestra que hay vida después de la muerte
Para algunos, la resurrección de Jesucristo es importante porque demuestra que hay vida después de la muerte. Ha existido mucha superstición sobre la vida después de la muerte, lo que la ciencia ha cuestionado. Muchos cristianos sienten que esa es una pregunta que la resurrección de Jesús ayuda a responder.
¿Hay tanto provecho en solamente tener conocimiento sobre la existencia de la vida después de la muerte? ¿Satisfacer la curiosidad y ganar la discusión a los escépticos? No me satisface esta respuesta. Es una bonita razón, pero no muy importante para mí.
B. Es el mayor de todos los milagros
Para otros, la resurrección de Cristo Jesús importa porque es el mayor de los milagros que muestra la realidad de Dios, y quizá que nos enseña cosas sobre Dios y Jesús.
Desde cierto punto de vista la resurrección sí es la más extraordinaria de todas las historias extraordinarias que giraron desde el comienzo en torno a Jesús, causó algo que todos sabían nunca había ocurrido, porque la resurrección de Jesús fue lo más grandioso.
Pero milagros conozco muchísimos. Sin ser científico sé que el funcionamiento del cerebro es uno de los más grandes milagros. También es extraordinario y magnífico conocer de las leyes del universo, saber que que las galaxias y planetas están en armonía con leyes asombrosas. Lo maravilloso de la parte espiritual del ser humano, etc.
No es porque fuera un milagro que me importa mucho la resurrección del Señor Jesús.
C. Prueba la divinidad de Jesús
Hay quienes responden que la resurrección de Jesucristo prueba la divinidad de Jesús.
Lo curioso es que antes de resucitar el Señor Jesús hubo al menos 7 resurrecciones (el hijo de la viuda de Sarepta, el hijo de la sunamita, la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín, Lázaro, Tabita, Eutico). ¿Verdad que no fueron 7 divinidades?
Resurrección no significa divinidad.
D. No es tan importante si ocurrió o no
Asombroso que algunos afirmen que no importa si Cristo Jesús resucitó, dicen que lo importante es lo que significa esa metáfora: que el proyecto del reino de Jesús sigue vivo. Es claro que el reino siguió vivo, el mensaje del reino fue proclamado pero no porque la resurrección fuera metafórica sino porque ocurrió.
Resurrección no era algo vago o abstracto, no tenía que ver con la vida después de la muerte como alma vagando o fantasma.
IV. IMPORTANCIA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS PARA MÍ
1. La creación importa para Dios
La resurrección importa porque significa que la Nueva Creación ha comenzado.
Creo en Dios, el Padre Omnipotente, creador de un mundo bueno. El cristianismo se basa en una creación que es buena y en el hecho de que, en y a través de Jesús, el Dios único ha reafirmado la bondad de la creación.
La resurrección importa porque es Dios diciéndole “Sí” a la creación, a pesar de todo lo que el mal, la muerte, la corrupción y la descomposición puedan hacer. Esa es, a fin de cuentas, la buena nueva del evangelio: el sí de Dios a Su propia creación, como resultado no de ignorar el mal, el pecado y la muerte, sino de hacerse cargo de ellos.
Romanos 8:18-25
“Soy consciente de que los sufrimientos del tiempo presente no se pueden comparar con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Incluso la creación espera ansiosa y desea vivamente el momento en que se revele nuestra condición de hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la caducidad, no espontáneamente, sino por voluntad de aquel que la sometió; pero latía en ella la esperanza de verse liberada de la esclavitud de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera viene gimiendo hasta el presente y sufriendo dolores de parto. Pero no sólo ella. También nosotros mismos, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior anhelando la liberación de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación está relacionada con la esperanza. En efecto, si esperamos algo que se ve, eso no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? Pero si esperamos lo que no vemos, hemos de aguardar con paciencia.”
2. Con ella inicia el Nuevo Pacto
Cristo Jesús muere viernes (sexto día de la semana), descansa el sábado (séptimo día) en la tumba y luego, “el primer día de la semana, muy temprano...” (octavo día) es el comienzo de la nueva creación, junto con el tema del nuevo pacto.
¿Qué ocurría al octavo día en la vida judía? Tenían una señal referente al Antiguo Pacto.
Gn 17:10-12
“Ésta es mi alianza que habéis de guardar entre yo y vosotros —también tu posteridad—: todos vuestros varones serán circuncidados. Os circuncidaréis la carne del prepucio, y eso será la señal de la alianza entre yo y vosotros. A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza.”
La crucifixión de un Mesías no habría significado para nada Nuevo Pacto, mucho menos Nueva Creación, sin la resurrección. Hubo muchos judíos jóvenes crucificados en el siglo I, incluyendo supuestos profetas, y en ningún caso alguien dijo que fuera un evento redentor decisivo.
3. Muestra que el perdón ha ocurrido
Judíos en la época del Señor Jesús, creían que estaban viviendo dentro de una gran y larga historia, que todavía hacía falta llegar a su correcta resolución. Ese relato estaba enfocado especialmente en el exilio.
Hacía 500 años habían ido a Babilonia, pero para muchos el exilio no había acabado. Podemos ver esto en los llamados libros post-exilio de Esdras y Nehemías, donde ambos se quejan de ser esclavos en su propia tierra.
Ser esclavo para un judío requiere un nuevo éxodo, un nuevo rescate de la esclavitud. ¿Cuál era la idea de volver de Babilonia si todavía eran gobernados por los persas, los griegos, los asirios, y ahora los romanos? Todavía estaban en el exilio, no geográfico, sino en el sentido de que no eran el pueblo libre de Dios que debían ser.
Ellos resaltaban especialmente Daniel 9, en que el profeta Daniel le pregunta a Dios en una oración ¿cuánto va a durar el exilio?, porque Jeremías había dicho que iba a durar 70 años. Viene un ángel y le da a Daniel una respuesta buena y una respuesta mala: la buena es que el exilio sí iba a ser resuelto, pero la mala es que no serían 70 años, sino 70 semanas de años (70 veces 7 - Daniel 9:24).
Podemos verlo en Qumrán, en el libro de los jubileos, en algunos de los rabinos posteriores, gente calculando cuándo iba a acabar ese período de 490 años para el verdadero regreso desde el exilio, el verdadero rescate, la verdadera redención. ¿Cómo lo sabrían? Una de las señales de eso, muy visiblemente en el libro de Ezequiel, era la resurrección. En Ezequiel 37, que es todo acerca del regreso desde el exilio, el profeta usa la imagen de unos huesos secos muertos, que luego son llamados a ponerse de pie, son revestidos de tendones, carne, piel, y luego se les da el aliento y viven. Una vívida metáfora del verdadero regreso del exilio. Así que cuando Jesús de Nazaret, decían ellos, fue resucitado, uno de los significados más obvios para un judío del siglo I, sería que esto realmente era, en una extraña manera, el regreso desde el exilio, la renovación del pacto que habían esperado.
Los dos van de la mano: creación y pacto están ligados en el A.T., Nueva creación y Nuevo Pacto están fuertemente unidos en el N.T.
Para aquellos la resurrección de Jesús significó el regreso del exilio, por fin habían sido perdonados. Así me siento también, como perdonado.
El perdón no es sólo algo que le pasa a individuos cuando se arrepienten y creen, aunque eso es importante y central para la vida cristiana de cualquiera. Es de hecho que el Mesías sí resucitó lo que muestra, y este es el punto de lo que Pablo estaba diciendo, que la cruz fue una victoria, no una derrota. Algo había sucedido, había ocurrido un evento. La resurrección importa porque entrega la interpretación decisiva de la cruz, no es sólo que la cruz abre la posibilidad del perdón a cualquiera que crea, aunque eso también es cierto, sino que la cruz ha hecho algo a través de lo cual el poder del pecado y la muerte han sido decisivamente quebrantados.
La resurrección importa por la Creación y la Nueva Creación, por el regreso desde el exilio y el Nuevo Pacto, porque significa que el perdón es ahora, por así decirlo, una realidad cósmica, y por tanto, que la muerte ha sido evidenciada como un enemigo, y como un enemigo vencido.
CONCLUSIÓN
“Muerte, no te sientas orgullosa, te crees grande y poderosa, pero en realidad has sido vencida... Tras un corto sueño, despertamos por toda la eternidad, y la muerte ya no será más. Muerte, tu morirás”. (fragmento del poema The Holy Sonets, del inglés John Donne)
La resurrección involucra todo lo que la muerte incluye; descomposición, corrupción y des-corporización de la persona; implica que esto sea resuelto, revertido y, más que revertido, alguien que está ahora más allá del alcance de la muerte.
1 Ts 4:13
“Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis como los que no tienen esperanza.”
Pero si la esperanza es de una inmortalidad sin cuerpo, con toda clase de imágenes medievales, nubes, arpas, ángeles, es más difícil llorar con esperanza.
Cuerpo quemado, cenizas disueltas en un río, no detienen la creencia de que Dios podría darnos un nuevo cuerpo. Nada malo con la cremación.
La resurrección de Cristo Jesús es el centro de la historia del mundo.
Teól. Fernando Montes