Cualidades que toda mujer cristiana debe poseer:
1) Humildad de María, madre de Jesús, elegida entre un sin número de mujeres de su época para llevar en su vientre a nuestro Salvador. Esto no llenó de orgullo a María (Lc 1:46-48 - entonces María dijo: "Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocije en Dios Salvador porque ha mirado la bajesa de Su sierva. De aquí en adelante ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones."
Vemos en María una reacción humilde y llena de sabiduría. Cuántas veces cometemos el error de vanagloriarnos o humillar a los demás cuando recibimos bendición que no siempre merecemos, sino que la recibimos por gracia de Dios, por el amor que Él nos tiene. Cada vez que recibamos una bendición mejor ayudemos a nuestro prójimo.
2) Perseverancia de Ana, esposa de Elcana, es otra de las cualidades que necesitamos. Elcana tenía dos esposas; una le dio hijos y la otra - Ana - no podía dárselos. Ana no estuvo encerrada llorando su dolor sino que iba al templo día y noche (1 Sm 1:20 - Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: "por cuanto se lo pedí a Yhvh").
Cuando le pidamos algo a Dios, y Él nos lo conceda, no olvidemos darle gracias. Ana sabía que no dio a luz por méritos propios sino porque Dios vio la perseverancia de ella. A veces pedimos a Dios una sola vez, no siempre somos como Ana.
Aunque necesitamos muchas cualidades como mujeres de Dios, mencionaré una más en esta reflexión:
3) Fervor misionero de la mujer samaritana (Jn 4). Dice la Escritura que esta mujer estaba sacando agua de un pozo y el Señor Jesús se acercó a ella hablando de la vida como si la conociera, y la samaritana sorprendida fue corriendo a la ciudad anunciando lo que el Señor había hecho con ella (Jn 4:28-29 - entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: "venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho, ¿no será este el Cristo?).
Todos debemos tener el fervor misionero de ir anunciar la palabra de Dios a toda criatura ya que esta es la comisión de todo cristiano. Muchas veces somos egoístas, no damos a conocer el Evangelio, y no debe ser así, debemos adoptar el fervor misionero que tuvo la mujer samaritana.
Hna. Raquel Granera