Muchas personas toman la Biblia como un libro cualquiera, como un libro más en una biblioteca, o un reto para ver quién la lee más, o en cuánto tiempo leo toda la Biblia, y no debe ser así.
La Biblia es un libro sagrado en el que encontramos la voluntad de Dios, lo que quiere que hagamos, Sus mandamientos. Encontramos muchas cosas; consejos, advertencias, etc.
La Biblia es luz en nuestras vidas (Sal 119:105 - lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino). La Biblia es una guía en nuestras vidas, encontramos en ella un sin número de bellas cosas que nos ayudan en el diario vivir, siempre que la leamos con propósito, y siempre que aceptemos que en ella hay palabras de Dios.
La Biblia nos hace perfectos (2 Tm 3:17 - a fin de que el hombre de Dios sea perfeccionado, enteramente preparado para toda obra buena) siempre que nos dejemos moldear por ella. ¿Cuál es el fin de las Escrituras? Que seamos perfectos. Somos barro en manos del Alfarero. Dios hoy no nos habla directamente, no como aquellos profetas que escucharon Su voz, sino por medio de la Biblia. Pero si no la leemos, ¿cómo nos vamos a preparar?
Otro propósito que encontramos en las Escrituras es que nos hace libres (Jn 8:32 - conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres). Por lo general nos sentimos libres, sin saber que estamos esclavizados por Satanás. Pero si leemos las Escrituras y hacemos la voluntad de Dios nos daremos cuenta que es en Cristo Jesús que somos verdaderamente libres.
La Biblia nos lleva a la vida eterna, nos purifica, nos hace salvos, no es un libro cualquiera.
Hna. Raquel Granera