Le preguntaron: "¿Por qué bautizas entonces, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?" (Juan 1:25)
Podría pensar que fue mera curiosidad de los judíos, si no conociera lo que La Escritura dice de ellos.
Ya que los judíos esperaban al Cristo (ungido), al Elías y al Profeta... y no tuvieron la capacidad de indentificar al Elías, a pesar de ser conocedores del Antiguo Testamento... les incomodaba que alguien como Juan bautizara.
El supuesto celo por la doctrina los hacía dudar de Juan.
Parecido al supuesto celo de aquellos que hoy no permiten bautizar a otras personas, ignorando el mandamiento del Señor que autoriza a todos sus discípulos (hombres y mujeres) bautizar. Creen tener la exclusividad de ejercer algunos servicios o ministerios.
Paz a usted y su casa.
* Imágenes por RomanKN y OpenClipart-Vectors, de Pixabay
* Fragmentos bíblicos tomados de: “Biblia de Jerusalén, 2019, Desclée De Brouwer, Bilbao, España”