No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. (Juan 1:8)
Un relato del ministerio de Juan el Bautista formó parte del inicio del kerygma. ¿Qué les parece? Así de grande fue Juan. Es que la fe en el mundo es posible gracias a la predicación.
Un profeta satisfecho cuando vio cumplido el propósito de la misión que le fue encomendada. Dio fe de lo que Dios Padre le reveló y de lo que vio.
Juan el Bautista ubicado en su lugar (no era él la luz); pero qué importante es que alguien nos lleve hacia la luz del Señor.
Quienes escuchamos el Kerygma no podemos quedar indiferentes. Somos invitados a creer para convertirnos.
Paz a usted y su casa.
* Fragmentos bíblicos tomados de: “Biblia de Jerusalén, 2019, Desclée De Brouwer, Bilbao, España”
* Imagen por Dorothée QUENNESSON, de Pixabay