La declaración universal de los derechos humanos, elaborada por representantes de diferentes países, trasfondos y culturas, marcó un hito en la historia; fue proclamada por la asamblea general de las naciones unidas en París el 10 de diciembre 1948. Para esta fecha, las dos guerras mundiales nos habían demostrado la falsedad de la ilusión de poner nuestra esperanza en el progreso tecnológico y en el desarrollo científico para construir un mundo mejor. Las más avanzadas naciones desnudaron sus brazos unas contra otras de manera destructiva.
Si bien es cierto, cada nación tiene sus propios códigos legales, su propia cosmovisión de justicia. Y precisamente quiero hablarte de la teología de los derechos según 1 Corintios, particularmente el capítulo 9.
M.Div. Lenín Munguía