Demasiadas veces el texto bíblico dice algo diferente a lo que entendemos en él. Tenemos dificultad para leer, para escuchar y para recordar.
Siempre somos responsables de lo que interpretamos. La Escritura nos advierte sobre lo delicado de alterar el texto.
Hch 17:11 - Los de Berea tenían una mente más abierta (¿eran más nobles?) que los de Tesalónica pues examinaban cada día Las Escrituras para comprobar lo que escuchaban.
1 Pe 4:11 - Hablar donde la Biblia habla, si pretendemos glorificar a Dios
Mt 15:9 - En vano rinden culto a Dios los que enseñan mandamientos humanos como si fueran doctrina del Señor.
.....
Teól. Fernando Montes