Introducción
I. Dios nos habla por medio de Jesucristo
II. Los apóstoles hablaron las palabras de Jesucristo
III. Dios nos habla en La Biblia
IV. La Biblia exige respeto
Conclusión
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Introducción
Desde el inicio de la existencia humana, Dios habló con el ser humano; se comunicó a través de patriarcas como Adán, Noé, Abrahán, Jacob y José, entre otros.
Posteriormente, dio Su ley a través del libertador y profeta Moisés, ley cuya base es los 10 mandamientos.
Luego, se comunicó por medio de jueces como Débora, Jefté, Sansón y nueve más.
Después, la comunicación fue con ayuda de profetas como Isaías, Jeremías, Jonás, Eliseo, Amós, etc.
I. Dios nos habla por medio de Jesucristo
Hebreos 1:1-2
"Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo, a quien instituyó heredero de todo y por quien también hizo el universo."
Mateo 17:1-5
"… tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él. Tomó Pedro la palabra y dijo a Jesús: «Señor, está bien que nos quedemos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y salió de la nube una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»"
Necesitamos entender que Moisés representa la ley del Antiguo Testamento y Elías representa a todos los profetas que fueron mediadores bajo esta misma ley.
Moisés y Elías hablaron a una sola nación: Israel – no a usted.
La Buena Nueva de Cristo Jesús es para todo el mundo. Toda la creación necesita recibir Su mensaje.
Marcos 16:15
"Luego les dijo: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”."
No existe persona en este mundo con más autoridad que Jesucristo; ni Moisés, ni Elías, ni pastores, ni “curas”, ni “papas”, ni evangelistas, ni maestros, NADIE.
II. Los apóstoles hablaron las palabras de Jesucristo
Juan 17:8,14,18
"porque las palabras que tú me diste se las he transmitido a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido en verdad que vengo de tu parte, y han creído que tú me has enviado. Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo."
Los apóstoles pregonaron exactamente el mismo mensaje que Dios Padre dio al Señor Jesús. Para garantizar que estos portadores - siendo humanos - no se equivocaran, recibieron ayuda sobrenatural del Espíritu Santo.
Juan 14:25-26
"Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho."
Dios protege Su mensaje para que llegue a nosotros íntegro, completo.
Juan 16:12-13
"Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga y os explicará lo que ha de venir."
III. Dios nos habla en la Biblia
El mensaje bíblico es el mismo que Cristo recibió del Padre y dio a los apóstoles.
Mediante este mensaje alcanzamos la madurez necesaria y esperanza genuina.
2 Timoteo 3:16-17
"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra religiosamente maduro y preparado para toda obra buena."
2 Tesalonicenses 2:15-17
"Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. Que el mismo Señor nuestro Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente una consolación eterna y una esperanza dichosa, os consuele y os afiance en toda obra y palabra buena."
IV. La Biblia exige respeto
La información que encontramos en esta sagrada colección de libros no solamente es suficiente, debemos conformarnos con ella. No podemos cambiar su mensaje. Nadie puede enseñar algo fuera de este libro respecto a la salvación eterna.
1 Pedro 4:11
"Si alguno habla, que sean palabras de Dios…"
Gálatas 1:6-9
"Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para pasaros a otro evangelio – no es que haya otro, sino que algunos os están turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo – Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea maldito! Os vuelvo a repetir lo que ya tengo dicho: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea maldito!"
1 Corintios 4:6
"Hermanos, si al hablar de esto me he puesto como ejemplo a mí mismo y a Apolo, es para vuestro provecho, para que aprendáis de nosotros aquello de “No salirse de lo escrito”…"
2 Juan 9-11
"Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. En cambio, el que permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo. Si alguno va a visitaros y no os lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa ni lo saludéis, pues el que lo saluda se hace solidario de sus malas obras."
Apocalipsis 22:18-19
"Lanzo una advertencia a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: “Si alguno añade algo sobre esto, Dios le enviará las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y en la ciudad santa, que se describen en este libro”."
Mateo 15:9
“En vano me rinden culto, pues enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.”
Palabras, opiniones y sueños de cualquier persona en nuestra época, no deben estar por encima del mensaje del Dios Creador que nos habla a través de la Santa Biblia.
Conclusión
Cristo Jesús (Dios con nosotros) nos habla a través de la Santa Biblia.
El Espíritu Santo ha cuidado esta revelación escrita, para que la recibamos sin alteraciones.
Ningún ser humano, ninguna organización, tiene la autoridad de alterar el mensaje bíblico.
Teól. Fernando Montes