Los salmos son himnos y oraciones que expresan el sentimiento provocado por la devoción hacia Dios. Aunque algunos salmos sugieren el uso de adoradores individuales, entendemos que muchos fueron de uso colectivo y cantados por profesionales mientras el pueblo adoraba;
1 Cr 25:7 ... ejercitados en el canto a YHWH, todos los que eran hábiles, era de doscientos ochenta y ocho.
1 Cr 23:5 ... y cuatro mil alababan a YHWH...
Algunos autores de Salmos fueron David (casi el 50%), Salomón (2), Moisés (1) hijos de Asaf y Coré, entre otros.
Los salmos son prominentes, es el más leído de los libros de la Biblia. El pequeño problema al interpretarlos es debido a la dificultad de reconocer que en las Escrituras no todo es palabras dirigidas de Dios a nosotros - también se incluyen palabras de personas que hablaron a Dios.
Aunque no debemos buscar significados especiales en palabras o frases de los salmos, podemos encontrar beneficios en estas expresiones de alegría, tristeza, consuelo y esperanza.
Los salmos son poemas, y no se pueden leer buscando en ellos doctrina. Lo escrito en Salmos NO es doctrina de Jesucristo para nosotros, aunque sean de mucho beneficio espiritual. Si tomamos algunas palabras en este libro como doctrina estaríamos haciendo una incorrecta interpretación. Por ejemplo, ¿cómo interpretaría Sal 51:5 (He aquí, en maldad fui formado, y en pecado me concibió mi madre) si lo aceptáramos como doctrina?; esto parece más bien una hipérbole en la que el salmista enfatiza su condición de pecador, y no trata de establecer que la concepción sea pecaminosa. Si alguien cree que no existen figuras literarias en Salmos lo invito a explicar cómo es que un monte puede sentir alegría (Sal 48:11 - ¡Alégrese el monte Sión!).
Los salmos también necesitan ser analizados dentro de un contexto. Ejemplo: Sal 51:16 (Porque no quieres sacrificio, que yo daría, y si doy holocausto, no lo aceptas); si queremos hacer aplicaciones de este versículo tendríamos que asumir que los judíos bajo la ley mosaica no tenían que ofrecer holocaustos. Tenemos que analizar todo el capítulo 51 para entender que sacrificios sin arrepentimiento ni contrición NO son agradables a nuestro Dios.
Cuando un salmo toca un tema con el que nos identificamos, este puede ayudarnos a expresar nuestras inquietudes pese a nuestra incapacidad para encontrar las palabras adecuadas.
Los salmos nos demuestran que podemos relacionarnos con Dios de una manera sincera, como ser francos al expresar gozo, desilusión, enojo u otras emociones.
Los salmos demuestran la importancia de la meditación y la reflexión sobre las cosas que Dios ha hecho por nosotros; nos invitan a la oración, a controlar nuestros pensamientos y un compañerismo reflexivo con otros creyentes.
Aun en nuestros momentos más oscuros, cuando la vida se haya vuelto tan dolorosa que parezca insoportable, Dios está con nosotros.
Pablo invita a que nos animemos unos a otros con "salmos e himnos y cánticos espirituales" (Ef 5:19; Col 3:16).
Teól. Fernando Montes