Al día siguiente, al ver a Jesús venir hacia él, dijo: "He ahí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Juan 1:29)
Cuando Juan habla de pecado (en singular) puede estar usando sinécdoque o puede estarse refiriendo a un pecado en particular. El pecado, en singular, es negarse a reconocer a Cristo Jesús como el enviado de Dios.
Dios encarnado se introdujo en esta sociedad depravada para repararnos el alma.
El Señor Jesús es el Cordero Pacual que, por Su muerte, recibe dominio sobre las personas, por lo cual quita el pecado de ellas.
Alguien que está por encima del pecado es quien puede hacer el sacrificio.
Paz a usted y su casa.
* Imágenes por Erik Karits y OpenClipart-Vectors, de Pixabay
* Fragmentos bíblicos tomados de: “Biblia de Jerusalén, 2019, Desclée De Brouwer, Bilbao, España”